Es importante considerar dentro del cambio climático todas sus aristas. Si bien, dentro del área de expertos y expertas podemos prepararnos para los cambios en nuestros ecosistemas naturales, pero no estamos dimensionando los cambios a nivel social debido al flujo de personas y comunidades que serán desplazadas debido a que sus territorios no serán viables para seguir viviendo.
Sabemos que la flora y la fauna se verá afectada, también sabemos que el clima y por ende nuestras zonas geográficas. Pero ¿qué pasa con nosotros?
Debemos comenzar a hablar del tema, de las migraciones climáticas, las cuales hoy en día se han visto camufladas por entes políticos que intentan generar conflictos y roces. Aislando ciertas aristas de este tema tan complejo y nos vamos al paisaje cultural, el conocimiento de las diferentes percepciones que tenemos del paisaje es lo que hay que abordar y no dejar de lado esta temática tan delicada al momento de generar estrategias para la adaptación al cambio climático.
La resiliencia es un término utilizado recientemente como estrategia por las Naciones Unidas para la reducción de riesgo en comunidades, tanto en su aspecto cultural y material, teniendo la premisa de resistir o adaptarse de tal forma que ésta siga teniendo un nivel aceptable de funcionamiento, determinado por el grado en que cada sistema social es capaz de organizarse a sí mismo y la habilidad de incrementar su capacidad de aprender y adaptarse, incluyendo la capacidad de recuperarse de un desastre por ejemplo.
El paisaje resiliente entonces conlleva una responsabilidad en el contexto natural y cultural de ser adaptable a los cambios que recibe, el territorio no es estático, está en constante cambio. ¿Cómo respondemos a estos cambios, sobre todo a los eventos naturales? Responder esto es aprender a reconocer los escenarios de riegos y aplicar estrategias, en donde se hace una proyección del futuro para prevenir. Es estar en sintonía con la naturaleza, en donde el paisaje pasaría a ser un refugio para los elementos sociales.
Creo que hemos sido capaces de aplicar lo mencionado anteriormente a nivel científico, pero no nos hemos enfocado en cómo está afectando actualmente a nuestra sociedad en un marco tanto local como global. Muchos han tenido, y algunos tendremos, que migrar debido al cambio climático, lo cual nos llevará a cambiar la percepción de nuestros paisajes culturales, ya que el paisaje no se va con nosotros cuando nos vamos de viaje.
Para algunos es un paisaje riesgoso, ya que deben arriesgar sus vidas para poder encontrar una mejor. Para otros es un paisaje en riesgo. Y creo que esta es una de las más chocantes. ¿Cómo podríamos ocupar el paisaje y sus dimensiones a favor de estos conflictos sociales?
Un gran ejemplo es lo que sucedió para el estallido social del 2019, en donde pudimos vivir y sentir como nuestro paisaje cotidiano fue evolucionando día a día. Ir a comprar el pan por el mismo recorrido ya no se percibía de la misma manera. El paisaje evolucionó junto al movimiento social. Y no es que haya cambiado su estructura principal, si no que nosotros en un sentir colectivo comenzamos a percibir nuestro entorno en conjunto, para reclamarlo por nuestros derechos. Ese sentir se plasmó de igual manera en nuestras ciudades en muchos de sus murales. Creando un nuevo paisaje encima del que ya tenemos. Desde ahora sabemos que los paisajes son cambiantes y son parte de nuestras vivencias.
Lo mismo sucede de manera natural y sin conflicto con los cambios de estaciones. Estamos tan preparados para estos cambios, sabemos que comenzará a llover por una temporada y cambiamos nuestro closet con ropa impermeable, lo mismo en verano con ropa más ligera. Deberíamos ser así de versátil para aceptar nuestros nuevos paisajes y los nuevos procesos sociales que conllevan estos. Estamos acostumbrados al cambio, por ende las nuevas percepciones de paisaje deberían ser parte de nuestro cotidiano.
Albert Einstein dijo “Mira profundamente en la naturaleza y entonces comprenderás todo mejor”. Lo que enriquece nuestros ecosistemas y los hace permanecer en el tiempo es la biodiversidad, siempre lo ha sido, ¿Porqué nosotros no podemos ser igual de diversos? Tener distintas perspectivas de paisajes complementa los ejercicios sociales, derrumba las barreras y nos abrirá fronteras. Ya estamos acostumbrados a estos cambios día y noche, de seguro no se nos será difícil.
Comments